Ejercicio 4: Una teta nada asustada

miércoles, 22 de abril de 2009

Magaly Solier demuestra de nuevo ser una actriz de primer nivel

Claudia Llosa demostró un talento innato en la dirección desde su ópera prima, Madeinusa. Pero, ¿quién hubiera imaginado que iba a poder superar una obra tan madura con una que se acerca a ser su primera obra maestra? Y es que La teta asustada logra llenar algunos de los agujeros cinematográficos que tenía Madeinusa, con una historia igual de potente (un tanto menos fantasiosa, pero igual de fascinante) pero haciéndola incluso más accesible a un público mayor. Éste es un retrato íntimo de una sociedad dolida luego de una etapa de terrorismo, que poco a poco logra superar estos miedos internos. Fausta representa al Perú, un país resquebrajado internamente por una época tan oscura y violenta. Ella atravesará un trecho complicado para lograr superar este trauma, un camino que Llosa representa de manera sublime en su fotografía (cada encuadre parece como pintado en un lienzo), y con un lirismo digno de los mayores representantes del séptimo arte europeo (las escenas cantadas en quechua están dentro de las mejores escenas hechas en el cine peruano). Una cinta que nos hace tener fe en nuestro cine, y que nos abre los ojos a artistas que tienen buenas ideas, pero que no reciben el suficiente apoyo para llevar sus visionarias historias a la pantalla grande. Esperemos pronto un nuevo proyecto de Llosa, que ya anunció se alejará de los temas andinos.


Claudia Llosa ganó el Oso de oro de Festival de Berlín, dándole al Perú la mayor alegría que ha tenido en muchos años.

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